domingo, 29 de mayo de 2016

me hablabas de ese triste corazón
y ni siquiera entiendo la metáfora
ahora que me adueño de las llaves
ahora que mi tiempo me hace un guiño
me he vuelto un animal desvergonzado
y no me importa nada de lo de antes
me cuesta analizar
por más que intento
suele matarme algún aburrimiento
cuando el retrovisor me da la alarma

apenas me recuerdo en los que era
antes del descalabro y los instintos
apenas navegué un plato de sopa
y toda la aventura se redujo
a poner zancadillas al lisiado
apenas besuqueaba las estatuas
corría de rodillas
me reía
por ser un cerdo más entre la piara
braceaba mar adentro sobre un charco
mi anhelo era el aplauso de los mancos
y mi inversión mejor fue todo el tiempo
que derroché paseando por la cárcel

por eso no abro el libro de tu alma
sé bien que no es mi idioma
no lo entiendo
y tanta letra entrando en el embudo
me crea confusión
como si hicieras gárgaras con clavos
como si las palabras me agobiaran
al verlas estancadas
prolijas
alineadas
tan presas del papel
tan epitafio