lunes, 31 de octubre de 2011

Irreversible

la línea horizontal se traga un perro
se traga el equilibrio
precario
del inmune
y vicia los relojes de la piel
el tiempo vivo
la trama en espiral del infinito
por donde se colaban los espermas
los últimos destellos
los pocos estertores
aquellos que negaron alinearse
a uno u otro lado del hastío

y ahora el horizonte es sólo miasma
la inútil consecuencia
el estropicio
por más escepticismo que propongas

por más parches y vendas y pastillas

por más crucifixiones y espantajos

por más que pongas grapas a tus párpados
y niegues lo que cuentan los espejos

jueves, 27 de octubre de 2011

Otros

si algún día pasé frente a tu puerta y no me viste
será que iba vestido de fantasma
o pudo ser la hora de esos viajes

no te olvides
que suelo pestañear y es suficiente
para sentir el sol de las antípodas
y puede ser que no reconocieras
esa tristeza larga que me ampara
y tras la que no soy más que otra ficha
idéntica a otra ficha del tablero

no digo que es posible ni imposible
puedo volver al sitio como entonces
si acaso no me pierdo en el camino
y como cambié yo
cambien las flores
y cambie aquella gris melancolía
detrás del resplandor de la ventana
y cambien los azules de la noche
las casas
el olor
el escenario

y no sabré volver aunque lo sepa
y perderé los cruces de las calles
y no hallaré ni un rastro del perfume
y ya no serás tú
ni yo seré yo mismo

Monotonía

una azotea más
y cuento piedras
y miro desde arriba la distancia
tentado con caer
o usar las alas

estuve haciendo cuentas desde entonces
y tuve un resultado inexpugnable
como un dolor atroz de dientes rotos
como una migración hacia el verano

lo cierto es
que poco
me mueve o me conmueve el desapego
y así
de tan igual deambulo roto

 sintiéndome en estrecho invernadero

una azotea más
para asomarme
y constatar la muerte del asombro

una azotea más
desfiladero
 

que insiste con la misma peripecia
 con cuentos ya contados tantas veces
que atizan el sopor de los rumiantes

 y las banderas grises que defiende
el bando más hostil de los mediocres

y nunca un vendaval que haga justicia

y nunca una traición que me sorprenda

y nunca una verdad que eche por tierra
lo poco que pronuncia tanto idiota

martes, 25 de octubre de 2011

La Página Reciente

en la página uno
del libro del invierno
termina un cuento negro

así que el desarrollo
funciona en forma inversa

después
los personajes
se vuelven gelatina

y es arduo descubrir en qué difieren

no llego a la mitad
habitualmente

sucede que me aburro

y sin embargo nunca me decido
a hacerlo combustible de fogata

camino hasta el umbral de los veranos
en donde me lo olvido
leyéndote la piel y la saliva
intrusa como eres de mi alma
nacida cada vez que nos amamos
a orillas de la luz y de la sombra

tendrás que soportar esta manía
ese libraco que hoy te hace más bella

acusa los espantos que enfrentaba
mientras no conocía tu ternura
o no estaba tu luz para alumbrarme

lhmbrdtvd

lunes, 24 de octubre de 2011

Impuntual

después de recorrer tantos rincones
sumido en la ebriedad de mis carencias
después de los albergues
de brazos y de abrazos
y de entender la piel irreversible
no hay nada que decir
excepto
la letra tartamuda
el plan corto de vista
mi estupidez con alas de paraguas
quietísima en su altar de privilegio
cubriendo alguna lámpara
vertiendo agua podrida
sobre el retrato inédito
apenas esbozado
en el umbral neutral de lo postrero

por eso no me importa si me explico

entiendo que hay negocios tan difusos
que no se llevan bien con las palabras

este camino se devoró los trapos
del traje de colores
que fui dejando atrás mientras andaba

el traje de colores del payaso
mordido por los clavos
mientras atravesaba
un aire con ceniza

digo pues que no es mi culpa
llegar y no estar listo
pisar la cinta móvil de la máquina
a la hora de los postres
cuando todos los cerdos vomitaban

y digo
por si a alguien le interesa
que nunca vino nadie a preguntarme
si estoy de acuerdo o no con el asunto

sábado, 15 de octubre de 2011

Diosito

el muro
la pared
la medianera
no requiere de material tangible
eso es nada
podríamos saltar
o bombardearla
o hacerle mil agujeros como un queso
o acaso
simplemente
desdeñarla
y el niño no lo sabe
no compró los ladrillos
no sabe cómo hacer con el cemento
ni la más puta idea
de la utilización de la herramienta
el niño no lo sabe
su sitio es un lugar que le inventaron
altísima pared
coronada por culos de botellas
su sitio es una cárcel permitida
que piensa que protege
que cuida
que sostiene
esa seguridad llena de miedo
de donde
cada noche
eleva la paupérrima antenita
y cree ser el dios del universo

jueves, 13 de octubre de 2011

Japón

tú venías por mi
y yo que nunca estaba en mi lugar
mirando el mapa
de un barrio japonés
siempre del lado
donde el asunto es otro y no el que importa
cruzando diagonales con esquinas
de lámparas austeras
perdido en el barullo
de calles a la orilla
de cierto vecindario inescrutable

y yo siempre saliendo a la hora impropia
atravesando azules claraboyas
oliendo el suelo estéril de un baldío
y sin poder zafar de los embudos

buceando a contraflecha
sin entender qué diablos me impulsaba
a no desear la luz de la avenida

optando por la incierta trayectoria
por grietas y cornisas
e inhóspitas callejas

y es lógico pensar que te aburriste

es arduo hacer un pacto con quien sale
y olvida despedirse

es lógico entender ese cansancio
y tu silueta yéndose hacia nunca
y la sombra pesada sobre el muro
rayando un garabato que contaba
las cosas que pudimos cuando fuimos
las cosas que intentaste inútilmente
el eco que jamás llegó a escucharse

 porque en japón se hablaba en otro idioma

jueves, 6 de octubre de 2011

Rescoldo

"Pero a los ciegos no les gustan los sordos
y un corazón no se endurece porque sí..."

Patricio Rey

mirando un fuego viejo

atrás
cuando aún ardían
las alas de otro ángel de otro sueño
y el pájaro estallaba contra el vidrio
y dios convulsionaba
como un pez en la red de mis preguntas
o no tan lejos

 cuando te regalé la mayor parte
del saldo de sonrisas que guardaba
y te confié el secreto
de estar enamorado para siempre
del cielo que inventaron mis urgencias

se adhiere al paladar la crema helada
la noche
ahogándose en un túnel con abrazos
y el límite en el límite del beso
es un vidrio empañado
una caricia
que empieza sin querer a prender fuego
y olvida la intención que la origina
los labios y el temblor
amaneciendo
y el límite en el límite del sexo

qué tristes pueden ser los desencuentros
las almas en espejo
y los ojos vendados
tener la misma casa
y no saber llegar de un cuarto a otro
sentir gotear sin tregua los minutos
que no van a volver a predecirnos

qué triste no haber sido viceversas
no habernos permitido convencer
dejarnos de mirar
quedarnos solos
mentirnos hasta hoy
o hasta hace un rato
mirando un fuego viejo que crepita
un par de veces más
hasta callarse