jueves, 28 de diciembre de 2017

en el pequeño monedero color carne
pusimos esas cosas
que nunca terminamos de alcanzar
con la constancia idiota del que piensa
que sabe
que no sabe
y ata cifras
y come numeritos que a la larga
termina vomitando
esa cascada pútrida del asco
donde no dan las cuentas
donde la luz disfruta
poniéndose de espaldas
y el tiempo es más la sed que el vaso lleno

pero esa realidad 
la que lastima
son las monedas rotas
derretidas
fundiéndose al blindaje de la duda
la dirección de un rumbo equivocado
los pasos que darás
hacia la nada
la herencia hecha con piedras del derrumbe

y el niño
color carne
que dejas reducido a tus engaños
desnudo
en la mitad del campo de batalla
con más dudas que armas
con la barriga llena y el alma desplomada
y mundos de preguntas colgando como anzuelos
en este viejo mar alquitranado

hasta que tiene barba el almanaque
hasta que un sol tramposo desvela su menguante
y él piensa
convencido
que es hora de comprarse su propio monedero
para guardar monedas iguales a las tuyas

martes, 19 de diciembre de 2017

es uno quien activa el mecanismo

sin ti
la trampa cede
el juego del dolor
no encuentra la espoleta
se caen los paradigmas del gusano
los libros de instrucciones
se leen a sí mismos
y entonces se suicidan

es uno el que da vida a la serpiente
creyendo que es real
su estirpe ponzoñosa
sos vos quien vuelve sangre
la salsa de tomates
con que pintarrajean los afiches
el hombre de argamasa
y apliques de algún plástico pulido
que ayer decapitaron

y sí
desde ese punto
no todo está perdido

apenas hace falta darse cuenta

lo dice el optimista

en la frase penúltima
del libro de autoayuda
subyace en la homilía
de un dios de pocas pulgas
y dos o tres payasos
de un circo decadente

lo bailan para nadie

la ley con una enmienda
que ellos negociaron
parásitos
traidores
estúpidos del orto
caníbales sin alma
que te están devorando
los sesos
poco a poco

martes, 5 de diciembre de 2017

juego a no verme y juego
a estar
detrás de la cortina
me salgo de la vida por un rato
me vuelvo una mancha imperceptible
me miro como en un cuarto sin nadie
mientras transcurre el agua
mientras dios fogonea las mentiras
mientras la zoología inventa bichos nuevos
mientras se ponen serios
cuando un papel les muestra el vencimiento
en el mismo culo del papel
que los arruga
juego a morirme un poco
entre los que presumen y se ufanan
por joder nomás
por ver qué cara ponen
por comprobar que el pésimo cadáver
los impresiona menos
que el papelito aquel
de marras
y cuando van girando sus caras con engrudo
sus pesadillas flojas
su música piojosa
me río por lo bajo
me mudo
cambio de cementerio
y me voy dando saltitos
a hacerme un nudo con las cosas verdaderas