y mientras el desfile
que regocija al dios de los idiotas
destila un aire infecto
y por desgracia o no
me ensucia la vereda
mientras la pirotécnica sonrisa
las pupilas de plástico
y las tetas de goma
le dan buenos motivos al violento
un gusto de aserrín seca mis labios
y escupo clavos viejos
y herrumbre de los días que presiento
ajenos
opuestos a la mínima reacción de mi silencio
mientras se vuelve célebre la nada
y se idolatra al cero
mientras alrededor
se están muriendo todos
y vos seguís hablándole de vos a un aparato
como si en otra parte alguien te escuchara
mientras el mundo quema las últimas escamas
y escribís porquerías
en un planeta que existe en tu pantalla
te queda tiempo aún para estar triste
por no poder comprarte los zapatos
soy el espectador de los agujeros
soy un mendigo ciego
que pide la piedad de algo que exalte
que espera se filtre por la ranura
no más que un breve lapso de luciérnaga
un hilo incandescente que visite
el mísero santuario que me queda
con los días contados
con pocas esperanzas de hallar algo de vos que me alimente
con todas las barajas a la vista
desnudo y aburrido
escribo el testamento de los pocos
como si en otra parte alguien me leyera
que regocija al dios de los idiotas
destila un aire infecto
y por desgracia o no
me ensucia la vereda
mientras la pirotécnica sonrisa
las pupilas de plástico
y las tetas de goma
le dan buenos motivos al violento
un gusto de aserrín seca mis labios
y escupo clavos viejos
y herrumbre de los días que presiento
ajenos
opuestos a la mínima reacción de mi silencio
mientras se vuelve célebre la nada
y se idolatra al cero
mientras alrededor
se están muriendo todos
y vos seguís hablándole de vos a un aparato
como si en otra parte alguien te escuchara
mientras el mundo quema las últimas escamas
y escribís porquerías
en un planeta que existe en tu pantalla
te queda tiempo aún para estar triste
por no poder comprarte los zapatos
soy el espectador de los agujeros
soy un mendigo ciego
que pide la piedad de algo que exalte
que espera se filtre por la ranura
no más que un breve lapso de luciérnaga
un hilo incandescente que visite
el mísero santuario que me queda
con los días contados
con pocas esperanzas de hallar algo de vos que me alimente
con todas las barajas a la vista
desnudo y aburrido
escribo el testamento de los pocos
como si en otra parte alguien me leyera