jueves, 25 de febrero de 2010

Rincón

eres sólo la luna que miraba de niño
en las noches abiertas
con mil puertas al miedo

eras quien me cuidaba de la sombra angustiante
de la bestia sin ojos
que inventaban las ramas

y yo sin conocer
ni tu voz
ni tu gesto
te abrazaba despacio
me dormía a tu lado
intuyendo la luz
que traerías a tiempo

ahora puedo besar lo que supe en la entraña
cuando todo el desierto

y las pieles resecas
y los labios de nadie
y los cuerpos sin alma
hoy son nada en las huellas
de tus pies en la arena

sólo pude nacer desde todas mis muertes
porque estaba seguro
que vendría a beber
en tu cántaro claro

es por eso que puedo explicártelo todo

tú venías conmigo

tú empujabas mi sangre

y si ahora procuro enterrarme en tu cuerpo
y si ahora me enredo con la piel de tu alma
es por ver el camino
y los dos arcoiris
que pronuncia el silencio
cuando llega la calma