porque era necesario cambiarte la cabeza
para vender la mugre
que tú les producías
y todos los espejos corrían a mentirte
y cuanto reglamento
existe
se te impuso
para entender las líneas
que un bobo diagramó con poca maña
y todo el alimento en latas de colores
era una sopa inmunda
de trampas y de cifras
y las muchachas pobres
compraban la novela del escritor mediocre
para vender la mugre
que tú les producías
y todos los espejos corrían a mentirte
y cuanto reglamento
existe
se te impuso
para entender las líneas
que un bobo diagramó con poca maña
y todo el alimento en latas de colores
era una sopa inmunda
de trampas y de cifras
y las muchachas pobres
compraban la novela del escritor mediocre
mojando la entrepierna
con líquidos viscosos
y olor a billetera
así te confundieron y te usaron
los que se piensan listos
los que se sienten dueños del poder de un mundo idiota
y no son mucho más que porquería
en esta ruta inútil
que muere en el desierto
tus pies no dejan huellas
tus sueños son un lastre
y la escalera sube hacia la puerta
que oculta los parajes del vacío
y te dejaron ciego
tan tonto como ellos
ansiando el territorio de un imbécil
ahora estoy mirándote jugar de mala gana
y me pregunto entonces
por qué sigues jugando
y me pregunto cosas
aún en la certeza
que no va a responder tu cobardía
antes me hacía feliz darte un abrazo
ahora
te has puesto diez anillos en los dedos
y tienes miedo de darme la mano
con líquidos viscosos
y olor a billetera
así te confundieron y te usaron
los que se piensan listos
los que se sienten dueños del poder de un mundo idiota
y no son mucho más que porquería
en esta ruta inútil
que muere en el desierto
tus pies no dejan huellas
tus sueños son un lastre
y la escalera sube hacia la puerta
que oculta los parajes del vacío
y te dejaron ciego
tan tonto como ellos
ansiando el territorio de un imbécil
ahora estoy mirándote jugar de mala gana
y me pregunto entonces
por qué sigues jugando
y me pregunto cosas
aún en la certeza
que no va a responder tu cobardía
antes me hacía feliz darte un abrazo
ahora
te has puesto diez anillos en los dedos
y tienes miedo de darme la mano