desde hace algunos años
procuro convivir con el absurdo
me resulta graciosa
la travesía inútil
que intenta el para siempre en los relojes
si por medir el tiempo
me basta respirar y dar un paso
me guardo las palabras
y tengo un pacto ardiente con mi alma
allí no necesito el enunciado
escribo desastrosos garabatos
en un dialecto austero
y me dejo caer en el espejo
me miro del revés
me juzgo y cambio
y dos o tres me entienden
y el resto forma parte de los restos
desde hace algunos años me fui volviendo otro
más lejos
más cerca
más sin nadie
y sin embargo lleno
de todo lo que alienta en la belleza
desde que rescaté de entre la mugre
un pétalo paciente
de la instintiva flor de la indulgencia
y que de mi depende
y que puedo la paz y la alegría
y nadie
pero nadie
absolutamente nadie
va a entrar sin mi permiso
procuro convivir con el absurdo
me resulta graciosa
la travesía inútil
que intenta el para siempre en los relojes
si por medir el tiempo
me basta respirar y dar un paso
me guardo las palabras
y tengo un pacto ardiente con mi alma
allí no necesito el enunciado
escribo desastrosos garabatos
en un dialecto austero
y me dejo caer en el espejo
me miro del revés
me juzgo y cambio
y dos o tres me entienden
y el resto forma parte de los restos
desde hace algunos años me fui volviendo otro
más lejos
más cerca
más sin nadie
y sin embargo lleno
de todo lo que alienta en la belleza
desde que rescaté de entre la mugre
un pétalo paciente
de la instintiva flor de la indulgencia
y que de mi depende
y que puedo la paz y la alegría
y nadie
pero nadie
absolutamente nadie
va a entrar sin mi permiso