si algún día pasé frente a tu puerta y no me viste
será que iba vestido de fantasma
o pudo ser la hora de esos viajes
no te olvides
que suelo pestañear y es suficiente
para sentir el sol de las antípodas
y puede ser que no reconocieras
esa tristeza larga que me ampara
y tras la que no soy más que otra ficha
idéntica a otra ficha del tablero
no digo que es posible ni imposible
puedo volver al sitio como entonces
si acaso no me pierdo en el camino
y como cambié yo
cambien las flores
y cambie aquella gris melancolía
detrás del resplandor de la ventana
y cambien los azules de la noche
las casas
el olor
el escenario
y no sabré volver aunque lo sepa
y perderé los cruces de las calles
y no hallaré ni un rastro del perfume
y ya no serás tú
ni yo seré yo mismo
será que iba vestido de fantasma
o pudo ser la hora de esos viajes
no te olvides
que suelo pestañear y es suficiente
para sentir el sol de las antípodas
y puede ser que no reconocieras
esa tristeza larga que me ampara
y tras la que no soy más que otra ficha
idéntica a otra ficha del tablero
no digo que es posible ni imposible
puedo volver al sitio como entonces
si acaso no me pierdo en el camino
y como cambié yo
cambien las flores
y cambie aquella gris melancolía
detrás del resplandor de la ventana
y cambien los azules de la noche
las casas
el olor
el escenario
y no sabré volver aunque lo sepa
y perderé los cruces de las calles
y no hallaré ni un rastro del perfume
y ya no serás tú
ni yo seré yo mismo