jueves, 20 de noviembre de 2014

Supuesto

no busques donde debería estar
porque me he vuelto otro
cambiando
en la dulce ruptura del intento
y esto de no saber
o de saber que solo
soy una resultante del atajo
y que mi ropa apesta
con el perfume gris de la distancia
no es un buen presagio ni es seguro
no es que te esperé
ni es la certeza inmune del destino
yo rompí los faroles
borré las huellas
anduve dos mil pasos hacia atrás
sobre mis pasos
y toda aquella sangre ya está seca
son otras las esquinas
donde me persignó mi desamparo
y acaso sea un perro o un mendigo
la sombra que mañana te confunda

entonces es posible que ni ocupe
la más pequeña grieta de tu alma
que sea pasto seco en tu memoria
ladrido horizontal
en un pozo de noche intolerable
o puede que este tiempo derretido
nos junte en la mitad de una sonrisa
con cierta lucidez para entenderlo