martes, 30 de agosto de 2011

Timoneles

a veces uno tiene la esperanza
de conducir mejor la vieja nave
y la tripulación en sus quehaceres
apenas nos registra
borracha como está por el hastío
y el mar no entiende de un comportamiento
y no hay ninguna costa que nos llame
por eso este perfume de naufragio
los ojos desmayados
crujir del maderamen
las costras adheridas con los años
como un semblante antiguo
curtido por la sal
las noches sin dormir ante el peligro
la ausencia de algún faro
quizás las propias ganas que algún día
todo se haga pedazos
y acabe de una vez la travesía

no obstante hemos nacido para esto
de andar
de mar en mar
malnavegando
de andar
desentrañando
algún camino
que esconden
sistemáticas
las olas

por eso inventaremos más canciones
dibujaremos mapas sin sentido
escribiremos letras tambaleantes
en medio del rugir de las tormentas
soñando con llegar a alguna parte
creyendo que en verdad hay un destino
un vaso desbordante de agua fresca
un niño que sonríe al contemplarte
una mirada dulce que te espera
para poder morir entre sus brazos

domingo, 28 de agosto de 2011

en este punto ciego
neutral
punto y aparte
cambia el color del mar
como a través de un lente

más vale que improvises
me digo
habrá un cambio en la altura de la ola
y más o menos sal
para que más o menos
ardan
tus ojos
tu equipaje
la miseria que sos cuando las cosas
son
lo que son
y no tu invento

en esta posición
despierto
y aún siento en mi brazo su rasguño
su pendular tan triste
cuando aún me empeñaba en impedirlo
cuando aún
no quería ver
que se caía

y ahora
en este punto
sobre el invierno histérico y dañino
me vuelvo a rehacer con la torpeza
del niño
que escondí
vuelvo a contar mis dos-o-tres monedas
vuelvo a mirar el mar que está delante

me estoy cansando de aprender las mismas cosas

me estoy cansando de saberme las lecciones
y continuar sintiéndome aplazado

miércoles, 10 de agosto de 2011

El Gusano Erudito - XVII

NO TAN ALTO

De cuando en cuando y a lo lejos
hay que darse un baño de tumba.

Sin duda todo está muy bien
y todo está muy mal, sin duda.

Van y vienen los pasajeros,
crecen los niños y las calles,
por fin compramos la guitarra
que lloraba sola en la tienda.

Todo está bien, todo está mal.

Las copas se llenan y vuelven
naturalmente a estar vacías
y a veces en la madrugada,
se mueren misteriosamente.

Las copas y los que bebieron.

Hemos crecido tanto que ahora
no saludamos al vecino
y tantas mujeres nos aman
que no sabemos cómo hacerlo.

Qué ropas hermosas llevamos!
Y qué importantes opiniones!

Conocí a un hombre amarillo
que se creía anaranjado
y a un negro vestido de rubio.

Se ven y se ven tantas cosas.

Vi festejados los ladrones
por caballeros impecables
y esto se pasaba en inglés.
Y vi a los honrados, hambrientos,
buscando pan en la basura.

Yo sé que no me cree nadie.
Pero lo he visto con mis ojos.

Hay que darse un baño de tumba
y desde la tierra cerrada
mirar hacia arriba el orgullo.

Entonces se aprende a medir.
Se aprende a hablar, se aprende a ser.
Tal vez no seremos tan locos,
tal vez no seremos tan cuerdos.
Aprenderemos a morir.
A ser barro, a no tener ojos.
A ser apellido olvidado.

Hay unos poetas tan grandes
que no caben en una puerta
y unos negociantes veloces
que no recuerdan la pobreza.
Hay mujeres que no entrarán
por el ojo de una cebolla
y hay tantas cosas, tantas cosas,
y así son, y así no seran.

Si quieren no me crean nada.

Sólo quise enseñarles algo.

Yo soy profesor de la vida,
vago estudiante de la muerte
y si lo que sé no les sirve
no he dicho nada, sino todo.


(Extraído del libro "Estravagario", de Pablo Neruda)