miércoles, 4 de octubre de 2017

mal que te pese
viejo amigo
me declaro incompetente
no me quedan estrategias ni supuestos
ni siquiera puedo hacerte alguna broma
y es tan triste no saber cómo cambiarte
esos ojos con que ves
esa mirada
casi vaca casi perro casi ausente
la de un quieto pasajero permanente
aburrido del paisaje
de los trajes transportando carne inútil
de las frases que intercambian los espectros
de los ángeles en los escaparates
de los árboles iguales
repetidos
que desfilan uno-a-uno por tu hastío
de las casas sostenidas con puntales
y el herrumbre

y el verdín
y el tanto polvo
con mujeres derritiéndose de a poco
en los charcos donde estanca la belleza
y los hombres de corazas agujereadas
disfrazadas con absurdo y disparate
y la risa
sin motivo
de una boca parcialmente desdentada
y el color de la estación que sobreviene
vuelto pátina de grises monocordes
y este pájaro de alambre
repitiéndose en un canto innecesario
y en verdad me inventaría lo que fuera
por cambiar la realidad
porque girara
unos grados
nada más
tu pensamiento
y traerte
como ayer
hasta los vivos
aunque se que ya no crees en los milagros

aunque se que estás dudando de la vida

y estás harto hasta de hablar contigo mismo