martes, 30 de agosto de 2011

Timoneles

a veces uno tiene la esperanza
de conducir mejor la vieja nave
y la tripulación en sus quehaceres
apenas nos registra
borracha como está por el hastío
y el mar no entiende de un comportamiento
y no hay ninguna costa que nos llame
por eso este perfume de naufragio
los ojos desmayados
crujir del maderamen
las costras adheridas con los años
como un semblante antiguo
curtido por la sal
las noches sin dormir ante el peligro
la ausencia de algún faro
quizás las propias ganas que algún día
todo se haga pedazos
y acabe de una vez la travesía

no obstante hemos nacido para esto
de andar
de mar en mar
malnavegando
de andar
desentrañando
algún camino
que esconden
sistemáticas
las olas

por eso inventaremos más canciones
dibujaremos mapas sin sentido
escribiremos letras tambaleantes
en medio del rugir de las tormentas
soñando con llegar a alguna parte
creyendo que en verdad hay un destino
un vaso desbordante de agua fresca
un niño que sonríe al contemplarte
una mirada dulce que te espera
para poder morir entre sus brazos