miércoles, 27 de agosto de 2008

Sumidero

en el perpetuo declinar mis ojos no sabían
por eso fui aprendiendo las ventanas

y estuve donde estás
hasta escaparme

podría asegurarte
que ya no pienso en mi
sino en este legado de escorpiones

el gran cartel de dios no tiene ofertas
ya no le sobran más que porquerías
hemos comprado todas sus mentiras
y no sirvió de nada
y ahora no es excusa la ignorancia
ni puede ser opción desanimarse
hay tipos que fragmentan tus impulsos
en trozos desiguales
con un cuchillo negro

y sin embargo digo
que es tonto que malgastes la energía
buscando los culpables

creo que antes debieras
saber qué diablos hace
un cuchillo en tu mano

porque no es libre aquel que aprende el juego
sino el que asume parte de la culpa

de tanta oscuridad girando en torno
nos olvidamos de la sed de las raíces
ya no supimos saborear la primavera
por eso necesito
gritar
de vez en cuando
sólo por escuchar
el ruido de un latido entre las lápidas

de tal mudanza entonces
busco un poco de luz tras las paredes
naciéndome entre sangres que se pudren
y ensancho los caminos con plegarias
en una extraña forma de pájaro que emigra
inmóvil
para volver al punto de partida

verás
no queda mucho tiempo
y es imperioso huír de la cloaca
o transformarse en ellos o en nosotros
que no escupimos lejos el veneno
que no dijimos no
a sus cuchillos
que nos compramos todas las mentiras
y vamos a cortar de un solo tajo
el cuello erguido aún
de nuestros hijos