martes, 28 de octubre de 2008

Voces En El Desalmadero

el tipo sugirió que preservara
la forma del poema
pidió que respetara
los puntos y las comas
y vi que no era él quien lo decía
sino su corazón envenenado
sino la enfermedad del egoísmo
las escaleras rotas
agujeros
de un semidios sin súbditos
sin nadie a quien dictar sus mandamientos
 

como un graznido seco sobre el páramo

y pensé en los poetas
que adoran la belleza
y se quedan sin voz en la miseria

y pensé en los sensibles
que se incendian de letras frente al mar
pero no dicen nada
ante los ojos de un niño con hambre

la sensibilidad del homicida
el sentimiento lleno de gusanos
la espalda con desdén de los cobardes

de qué me estás hablando cuando el mundo
se rompe en mil pedazos
y cada uno vive en la soberbia

dejo que fluya el alma
no tengo corazón para el idiota
ni tiempo que perder
embelleciendo
la realidad de un mundo que naufraga