miércoles, 9 de noviembre de 2011

Árbol

el nido del patriarca se sacude
y todos sus guardianes
parecen confundidos

el policía idiota
no sabe a quien pegarle
el soldado dispara a cualquier parte
las órdenes de dios se contradicen

yo que miré al imbécil cargando diez mil piedras
por desviar el mar
por levantar el muro
que nunca impedirá lo inevitable
no puedo contener la carcajada

inútil reclutar más albañiles
pedirles eficiencia
-una cárcel por día-
cuando el complot asoma hasta en la sombra
del árbol de la plaza
cuando los ciegos tienen ojos sanos
y el enemigo se hace imcomprensible

me paso a los profetas por el forro

auguro un tiempo libre

no me digas
que crees en el cuentito que inventaron
para que tengas miedo del mañana

será cuestión de tiempo que este asunto
se vaya a resolver como se debe
y no poniendo un parche en cada falta

escucho cómo crujen las raíces
escucho el ruido seco de la grieta
percibo en mi interior la piel del hombre

el vértigo recicla y acelera
la esencia que prescinde del letargo
y un niño se despierta bajo el día
sabiéndose infinito

por fin hemos llegado a los umbrales
al cruce de un camino inexorable

y los pocos idiotas que persistan
en mantener un orden que se apaga
serán parte del circo trashumante

e irán
de pueblo en pueblo
dando lástima