lunes, 26 de mayo de 2008

Sudestada

en esta hora incierta
cansada
adormecida
se despelleja el cielo
el potro que declina
su pelaje de fuego mojado

la lámpara del sol
susurra al consumirse
una botella lejos
y en el medio del mundo
un imbécil se anima
a enredarse en la lluvia

el color de su ropa
nunca fue el adecuado
y además
tanta lluvia
que no tiene respuesta

un cerrojo de nubes
mordeduras de araña
el inverso reloj que derrite las horas
entre astillas azules
cuando el alma respira
en el aire
un perfume
como a flores oscuras

lloverá
para siempre
rambla sur
sin salida
asumiendo el suicidio de millones de estrellas
reciclando el dolor
la intemperie
el agravio
de esa mueca tiznada de un payaso sombrío
que a la larga
se muere
que a la corta
lastima