pues puede que el estado de inconciencia
nos indicó la ruta abandonada
y nos tentó la fruta
del árbol escondido
y preferimos ser la rabia que el desánimo
y el grito a medianoche
cuando todos dormían
así de desarmados
así
perdiendo dientes
ante cada pared de la advertencia
porfiados como perros
supimos entendernos las raíces
y ahora
justo ahora
cuando el dibujo tiene trazos limpios
cuando no nos engañan los poetas
cuando son prescindibles las luces de los faros
decía
justo ahora
miramos el cuaderno
el mismo que sostiene oscuros garabatos
el viejo manuscrito con hojas crepitando
miramos el cuaderno
y todos los renglones
se nos llenan de muertos
y a veces
cuando llueve
amarga sal del sur sobre los tajos
y se caen de la vida mis hermanos
me siento aquel payaso
del que supe reírme cuando niño
que siempre recibía
las putas bofetadas
nos indicó la ruta abandonada
y nos tentó la fruta
del árbol escondido
y preferimos ser la rabia que el desánimo
y el grito a medianoche
cuando todos dormían
así de desarmados
así
perdiendo dientes
ante cada pared de la advertencia
porfiados como perros
supimos entendernos las raíces
y ahora
justo ahora
cuando el dibujo tiene trazos limpios
cuando no nos engañan los poetas
cuando son prescindibles las luces de los faros
decía
justo ahora
miramos el cuaderno
el mismo que sostiene oscuros garabatos
el viejo manuscrito con hojas crepitando
miramos el cuaderno
y todos los renglones
se nos llenan de muertos
y a veces
cuando llueve
amarga sal del sur sobre los tajos
y se caen de la vida mis hermanos
me siento aquel payaso
del que supe reírme cuando niño
que siempre recibía
las putas bofetadas