viernes, 26 de enero de 2007

Ella

se ha detenido y mira hacia la noche
para beber la unánime fragancia

la luz del faro alcanza su silueta
y entonces resplandece
como un pozo con agua en el desierto

ella divide el mundo en dos mitades
y traza la línea jubilosa del verano

ella llena sus manos con espuma
y escucha al mar del cabo
en su lenguaje frío y oceánico

ella
es la primera letra de lo que no se ha escrito
y también la esperanza
de creer que es posible morirse de belleza