cuando me eché a correr
supongo que fue absurdo de mi parte
confiarte de una vez tan poca cosa
un alma hecha pedazos
la insignia del dolor que no se entiende
los túneles que voy sobreviviendo
y sabes que estoy hecho de cartón
aún cuando te hieran las esquirlas
un ser de alegoría pendiendo de la luna
y sabes que estoy muerto desde antes
cuando me fui habituando a tus desiertos
cuando sentí tristeza de mi mismo
por eso apenas quedan los jirones
mezclados con el aire
y una conducta ebria de venenos
y la ignorancia de mi artillería
me rearmaré más lejos
quizás peor de cuanto conociste
y donde estuvo el peso de mis manos
pondré mi corazón
y algún perfume
y volveré a correr
porque no se me ocurre otra salida
porque no sé qué hacer con tanta ausencia