
rocía la ensalada
con lágrimas postizas
se viste con la piel de algún naufragio
y atiza la silueta
la marca con esmero
a grandes pinceladas
furtivas
solapadas
valiéndose de azul fosforecente
porque en definitiva
implora la mirada de la víctima
requiere la atención del condenado
y su pequeño triunfo
consiste en el atuendo miserable
con que sustentará sus vanidades
la reina en el pretil de la mentira
amaga con saltar al precipicio
se excita provocando los suspensos
y así de repugnante es su carnada
y así
de tanto en tanto
aprende hechicería de mercado
le enseñan estrategia las ancianas
se instruye con un libro decadente
será educada para el pasatiempo
jamás va a apaciguar todo su hambre
jamás entenderá cómo es de inútil
querer llenar el alma con vacío
ella tiene su séquito de idiotas
y opciones suficientes
para matar en cuotas al payaso
a veces también piensa en ser distinta
cambiar sus convicciones en otoño
cuando hace frío adentro de la casa
pero esa es otra parte de la trampa