veo caer las gotas
quebrando el uniforme
color
de este desierto
y puedo ver el cuenco
llenarse
lentamente
puedo intuír la sal
como si aquello fuera
orígen de algún mar
y apenas es sudor
apenas el esfuerzo
del animal humano
luchando por librarse de la ciénaga
es agua que acarreas
desde tus manantiales
es agua
nada más
que drena por tus poros
y que
de tan profunda
resplandece
ciega su verde luz de trémulos espejos
explica mi sonrisa
que no pronunciaré
por miedo a quebrantar la transparencia
de verte siento ganas de creer
que aún me quedan ganas de creer
y que no es tarde
pero es entrar la música grotesca
los potros de cartón y lentejuela
los nuevos superhéroes
con código de barras
el séquito de putas que cotizan
según el esplendor del atavío
y los payasos gordos
de cola retorcida
que sorprendido chocas con la mesa
pierdes el equilibrio
cae el cuenco
y la tierra se bebe todo el río
en donde navegaba tu regreso
miro los barcos lejos de la orilla
miro los hombres presos
la noche no es muy buena compañía
pero es mejor que el sol descascarado
brillando como estúpida moneda
sobre el color tedioso del desierto
quebrando el uniforme
color
de este desierto
y puedo ver el cuenco
llenarse
lentamente
puedo intuír la sal
como si aquello fuera
orígen de algún mar
y apenas es sudor
apenas el esfuerzo
del animal humano
luchando por librarse de la ciénaga
es agua que acarreas
desde tus manantiales
es agua
nada más
que drena por tus poros
y que
de tan profunda
resplandece
ciega su verde luz de trémulos espejos
explica mi sonrisa
que no pronunciaré
por miedo a quebrantar la transparencia
de verte siento ganas de creer
que aún me quedan ganas de creer
y que no es tarde
pero es entrar la música grotesca
los potros de cartón y lentejuela
los nuevos superhéroes
con código de barras
el séquito de putas que cotizan
según el esplendor del atavío
y los payasos gordos
de cola retorcida
que sorprendido chocas con la mesa
pierdes el equilibrio
cae el cuenco
y la tierra se bebe todo el río
en donde navegaba tu regreso
miro los barcos lejos de la orilla
miro los hombres presos
la noche no es muy buena compañía
pero es mejor que el sol descascarado
brillando como estúpida moneda
sobre el color tedioso del desierto