a cambio de ti yo hubiera dado
el olor a jazmines del verano
las lunas pendulando en belvedere
los domingos en la plaza de deportes
hubiera dado el beso del comienzo
las cartas que escribí sin remitente
las novias que inventé y me desdeñaron
las tardes del cine copacabana
los sábados con magia y ceremonia
y cada madrugada
en donde la alegría era el encanto
de ver nacer el sol con mis amigos
a cambio de tu nombre olvidaría
el viento que llegaba desde el cerro
el 125
rodando grecia abajo
mi viejo y su ternura interminable
fumando
a paso lento
por la orilla
pondría en fila india las tristezas
y más atrás los tantos desengaños
las ráfagas furiosas de mi vida
pulsando sin cesar entre la sangre
pedazos de la fé que fui perdiendo
migajas de la fé que fui encontrando
y las tardes de otoño con lloviznas
llenándome de grises el cuaderno
por ti pondría precio a la cabeza
de aquel bohemio enjuto
que no se cortó el pelo por dos años
que tuvo por oficio inadaptarse
que se enterró entre libros amarillos
e hizo de la música su credo
por ti hubiera abortado al mujeriego
al torpe seductor de cabotaje
al que tensó las cuerdas de un violín
que nunca supo cómo ejectuarlo
a cambio de tu amor
toda mi vida
pero de dar de mi lo más valioso
a cambio de tenerte entre mis brazos
quizás hoy no estarías a mi lado
quizás no encontrarías en mis ojos
ese reflejo exento de palabras
que hoy puede enredarse con tu alma
así que ven y mírame profundo
sabrás entonces cuánto hubiera dado
el olor a jazmines del verano
las lunas pendulando en belvedere
los domingos en la plaza de deportes
hubiera dado el beso del comienzo
las cartas que escribí sin remitente
las novias que inventé y me desdeñaron
las tardes del cine copacabana
los sábados con magia y ceremonia
y cada madrugada
en donde la alegría era el encanto
de ver nacer el sol con mis amigos
a cambio de tu nombre olvidaría
el viento que llegaba desde el cerro
el 125
rodando grecia abajo
mi viejo y su ternura interminable
fumando
a paso lento
por la orilla
pondría en fila india las tristezas
y más atrás los tantos desengaños
las ráfagas furiosas de mi vida
pulsando sin cesar entre la sangre
pedazos de la fé que fui perdiendo
migajas de la fé que fui encontrando
y las tardes de otoño con lloviznas
llenándome de grises el cuaderno
por ti pondría precio a la cabeza
de aquel bohemio enjuto
que no se cortó el pelo por dos años
que tuvo por oficio inadaptarse
que se enterró entre libros amarillos
e hizo de la música su credo
por ti hubiera abortado al mujeriego
al torpe seductor de cabotaje
al que tensó las cuerdas de un violín
que nunca supo cómo ejectuarlo
a cambio de tu amor
toda mi vida
pero de dar de mi lo más valioso
a cambio de tenerte entre mis brazos
quizás hoy no estarías a mi lado
quizás no encontrarías en mis ojos
ese reflejo exento de palabras
que hoy puede enredarse con tu alma
así que ven y mírame profundo
sabrás entonces cuánto hubiera dado