martes, 15 de septiembre de 2009

Shhh

las ramas de los árboles de otoño
sostienen el verdor de mil palabras

el fino hilo de luz
filtrándose a través de la cortina
apunta con su dedo incandescente
y dice más que todos los poemas

es obvia la elocuencia
de un gesto de tus manos
inventa una diadema sobre el aire
o fragua
su cuchillo
que es más hiriente aún
que páginas y páginas de insultos

vine a dar al silencio como quien arriba a un templo
y aprendo en humildad sus universos
y le dejo decir una cascada
tan clara y tan profunda
que conmueve

y escucho
cierta música
de agua

y escucho
cuanto dice
con el alma