martes, 29 de abril de 2008

Hospital

















a uno y otro lado del pasillo
las manos como humo
los ojos con espinas
dolor de ser tan poco mientras sube
el insufrible aliento de la peste
olor a miedo y ropa desgastada
cadáveres de tiempos en desuso
a uno y otro lado
la penumbra
la sed de sed
el agua
evaporada

demasiado dolor para emprender el viaje
y tanta la miseria que se nace
desde la carne yerta
y un asqueroso ruido en la garganta
como de flor carnívora
como de un animal agazapado
dispuesto a dar el salto del suicidio

se vierte en la tinaja el mismo llanto
como si el llanto fuera a repetirse
y cuando te das cuenta
siempre es tarde
el agua más que agua es gelatina
y a uno y otro lado
se te estanca

esa silueta absurda en el pasillo
los trapos que le inventan un paisaje
la luz que recupera un cuentagotas
las ganas de dormirse para siempre