cuando saltes a través de la ventana y estés del otro lado tendrás que vértelas con los payasos sería bueno que antes de saltar buscaras un revólver podría asegurarte que vas a ser testigo de una función privada se pintarán el rostro con sangre de gallina se vestirán de oro y pedrería y harán sus malabares más brillantes con tal de distraerte
van a querer que rías de tu maniobra absurda te harán dudar de ti mientras te inyectan su propia estupidez gota por gota y van a convencerte si los dejas cuando saltes a través de la ventana y estés del otro lado se acercará un payaso a demostrarte que estás equivocado y habrás de decidir un par de cosas o te vuelves al circo o aprietas el gatillo y vuelas la cabeza de colores
ya es hoy definitivo y no podré salirme con ese paso estúpido neutral acobardado y no podré salirme en otros navegantes y no podré fugarme de ciertos calabozos y no desencerrarme esa noche de perros afilada con frío el invierno en harapos con cerrojos de bruma escupiendo veneno
tantos ojos vacíos tantas puertas oscuras y golpear y ladrar sin que nadie responda ni siquiera la absurda paralela del miedo solo dos horas antes del repliegue del alba aquél tiempo y los otros estas definiciones
no quiero escapar más ni ser tan razonable podré volver mañana y no será tan cierto es hoy pues siempre es hoy y me la juego
lejos para la sed cansada para el flanco del odio que muestra los colmillos y el mismo manuscrito interminable del debe y el haber los números-murciélagos comiéndose las almas yo me quedé sin voz por ese entonces y presentí un idioma que no necesitaba de palabras supongo que algún día te contaré del mar fundiéndose en tus poros redimirá el verano ese lenguaje austero e invocaré la voz de tus entrañas solo por ver si estoy en lo correcto solo por escuchar que no fue en vano apenas aprendí el atardecer y quiero que me cuentes que amanece
me ha sido revelado otro secreto cuando al caer el árbol tembló la tierra entera el viento no distingue jerarquías cuando viene a matar y aquel que no pensaba morir de pronto se desploma y aquel que parecía eterno como el tiempo es arrancado y cruje como un hueso astillado
qué queda para entonces sino la superficie tan vasta y generosa caída dignamente
las raíces desnudas y trémulas suspendidas del aire como una mano inútil que no pudo aferrarse
pero en tanto estuvo en pie fue donde principiaron los pájaros el alba e hizo bailar la luna entre sus ramas y festejó la brisa y la llovizna y le entregó su sombra al caminante
en tanto estuvo en pie tuvo sentido y lo tendrá mañana cuando su leña seca entibie una morada o sea mango de hacha bastón para el anciano o la sencilla mesa donde se amase el pan de los hombres humildes
yo no recuerdo calles ni días ni en qué otoño sé que una flor de papel se nos olvida en la mesa de un bar quien sabe donde y que durante siglos soplé las brasas muertas a veces también recuerdo un barco que trajo de regreso a quien no era y creo que llovía y que posiblemente fue bueno que olvidáramos la flor aquel abril tan gris y la mentira
como si nada hubiera al dar vuelta la esquina los mismos edificios los ojos que ya he visto los árboles inmóviles los niños en papel fotografiado como si sorprenderse ya fuera tan extraño que casi me lo olvido lo mismo el mismo tedio las piezas que se encajan de un modo previsible las sumas y las restas con ese resultado irremediable y yo que busco el aire que busco una ventana que de a un paisaje nuevo una sonrisa breve que me haga desertar de mis fantasmas como si todo fuera un lento deshilarse hasta la muerte sin novedad sin mínimas locuras en medio de ecuaciones inflexibles de resultados obvios de pájaros volando en línea recta alguna vez pensé que tu eras alguien con quien jugar al borde de las llamas ahora solo intento poner lejos del fuego la esperanza salir de esta cordura que aborrezco salir sorteando el hilo de la araña
porque con charcos de agua sucia salpico el centro mismo de la lágrima y el barro que subyace en el absurdo asume la propuesta de la forma y me regresa al niño y cuanto se repliega ajusta los dictámenes de luz que se me antojan de allí y para siempre miré con menosprecio al enemigo y le quité la espada para cortar mis propias cobardías ya no pierdo un segundo en razonar con dios me aburre su tristeza descreo de su efímera presencia porque el pan se comparte y un hermano me espera cada vez que he llegado a todos los lugares porque correr es ganas de parecerse al viento y sentirte tan lejos no es más que imaginarte no necesito un ángel que venga a rescatarme así que ten por cierto que pude defenderme y porque no era justo vivir en el pantano y porque no era digno andar cabeza gacha sabiendo tanta luz sintiendo tanto amor para entregarlo
y porque apenas quiero en el final del viaje volver con la mirada y no sentir vergüenza de haber sido un cobarde
quizás en poco tiempo decida abrir la puerta y me haga olvido y vuelva a enamorar con mi tristeza a la mujer oscura de la noche sus ojos que he extrañado su tiara de diamantes el pelo derramado como viento sobre los precipicios una canción disuelta en la penumbra me viene persiguiendo tan cerca y para no pensar pienso resacas de sueños inconclusos respiro algún perfume que me olvide mi turno de jugarme las estrellas mi sed de andar la vida se fue saciando con agua distinta quizás tan solo estuve postergando la brevedad de los que no me han visto y dieron por sentado mi cinismo esa careta inmune a lo que viene esa mentira atroz que me creyeron decido los menguantes de mi alma elijo voy a correr hasta desvanecerme y cuando me regrese estaré lejos y volveré sin mi y no recordaré más que mi nombre o puede que no ocurra nada de eso que sea tu mirada quien me diga allí no estaré yo cierra esa puerta
abrir todas las puertas y respirar profundo correr dándolo todo trazar confusamente la métrica del alma con versos parecidos a serpientes la mano que se liga al corazón por una hebra de agua seguir sin tiempo para el llanto la boca predispuesta a lo besable bloquear el desconsuelo con caricias prever la magia exigua de las horas temblar ante los ojos del afecto saber recomponer embadurnarse con barro del camino subir esos peldaños que nos llevan hasta la otra pregunta no obedecer excepto a las pocas verdades que nos mantienen vivos sentir sentir por sobre todo sentir desde las tripas hasta el alma y que el cerebro se contagie de locura reírse de los que se ponen serios gritar encima de tantos silencios permanecer por sobre lo fugaz estar alerta organizar la fiesta duradera en donde todos tengan sus opciones llegar con humildad hasta el hermano creer que aún se puede hacer la ceremonia en la sonrisa izar banderas desde la alegría fundar otro paisaje y otro tiempo abrir de par en par las emociones lo más elemental y convencerse de que podemos y debemos ser sencillamente
cuando arreció la peste busqué un pasillo oscuro por donde escabullirme el último quizás que me quedaba para salvar el alma buscar es una forma de perderse y nadie garantiza una salida y desde aquellos días inclementes fui reinventando el aire y los caminos para poner a salvo mi cabeza un algo de belleza me seduce el terco corazón una porfiada ráfaga que insiste y dicta amaneceres y colmenas que deberán llegar antes que la sonrisa se nos muera verás no hay más que eso la búsqueda y un aire de jazmines resistiendo queriendo alborotar el gallinero no hay más que la inconciencia de mi niño empecinado con poner distancia de la doctrina amarga del sensato las ganas de tomarte de la mano para salir al mundo sin recelos y darte la mitad del chocolate
alguna que otra vez me canso de sobrar de hablar con ruido a charco de concertar los fríos y necesito irme de donde fragua el grito la tumba y la sordera y el alacrán que ronda su ceremonia negra no encuentra ni a mi sombra apenas un reflejo desmayado de donde no regreso recuerdo la faena y la fatiga ayer cuando era joven colgaba al sol los tímpanos heridos yo reciclaba orejas cuando aún tenía fé que resistías ahora ya no apuesto un solo verso a este murmullo ciego a este griterío de silencios a tanta artillería de palabras alguna que otra vez me canso de sobrar entonces callo y busco la salida de emergencia
palabras de metal fundidas con residuos de hojalata con pétalos y plumas calientes de saliva reacias al cadalso puteándose entre sí podridas de esperar la primavera palabras como harapos mugrientos por el polvo del camino con grasa del sudario de un dios hecho de trapo con brasas y cenizas de fuegos que me olvido palabras que me matan que no son bienvenidas que me han valido el odio de algún que otro imbécil palabras como avispas que no me desmerecen que aceptan sonrïendo la absurda premiación de la censura palabras que me acusan que cuelgan de mis dedos que quieren escaparse cuanto antes de su titiritero palabras que se caen de un grifo roto que no aprendieron nada excepto a escabullirse palabras nada más que se arraciman en la complicidad de tu mirada para seguir creyendo que es posible el tiempo en que logremos entendernos
tu corazón allí en medio de una isla con cornisas cansado del disfraz de equilibrista por calles que no sé en casas imprecisas tu corazón feroz tu corazón de pájaro con el plumaje roto de neblinas he llegado hasta el umbral sin comprenderlo y ansiaba abrir mis puertas para poder entrar en tu morada en orense o en caracas en bruselas o más lejos hay una niña azul de piel mojada que juega con los gatos del crepúsculo hay una dama que se tambalea sobre la cuerda floja y el insomnio una mujer que apostará su sangre a esa dignidad insobornable un corazón en medio de la noche buscando tras la bruma del invierno la misma luna que anda por mis ojos
disfruto la estrategia de los náufragos que juegan a vivir el arte de morirme no del todo y pronunciar la isla que habrá de rescatarme adentro se rehace la fogata hay una luz-penumbra certezas que agonizan hay cierta convicción de alcantarilla orgullo en cuentagotas y túneles de sueños postergados adentro están los restos del naufragio pero el verano puede desmantelar las ruinas con solo un movimiento de sus olas y el muerto recompone sus caricias y el ojo verde de una mujer bellísima afila su cuchillo el juego es inventar que no morimos volver atrás el ruido de enmohecidas puertas abrir los postigones y ventilar el alma por esta vez al menos antes del otro invierno disfruto la estrategia de navegar el tiempo de agregar nuevas cifras a la suma que no logro entender que nunca suma y juego reincido y me hago trampas invento alguna isla que me ampare después de naufragar en otro invierno
las letras de otro estúpido poema girando como manos o cuchillos por un paisaje blanco de papeles y cada esquina era la mueca atardecida en la sonrisa la postergada raya del total de alguna resta aferrado al alma como quien preserva el fuego en un invierno largo de lluvias afiladas el frío se enredaba por los huesos y nadie todos nadie en el murmullo roto de mi abrazo las lágrimas azules cortando el sucio gris de los cristales las lluvias infinitas de otro invierno el margen del error que me permito el odio previsible que no tengo