jueves, 28 de febrero de 2008
Idioma
lejos
para la sed cansada
para el flanco del odio
que muestra los colmillos
y el mismo manuscrito interminable
del debe y el haber
los números-murciélagos
comiéndose las almas
yo me quedé sin voz
por ese entonces
y presentí un idioma
que no necesitaba de palabras
supongo que algún día
te contaré del mar fundiéndose en tus poros
redimirá el verano
ese lenguaje austero
e invocaré la voz de tus entrañas
solo por ver si estoy en lo correcto
solo por escuchar que no fue en vano
apenas aprendí el atardecer
y quiero que me cuentes que amanece