domingo, 23 de noviembre de 2008

Desamaneceres

cierto cansancio oscuro
decenas de alfileres clavados en mis párpados
alzándolos
forzándome a mirar el mecanismo
los animales ciegos
y grises
como piedras
estériles de todo pensamiento

cierto cansancio
de ver un funeral en cada rostro
los cirios derritiéndose impacientes
el tiempo como un pez fuera del agua
boqueando
agonizando
sin aire
sin sentido

y charcos de aguas muertas que repelen
la forma del reflejo
y la resaca ambigua
de quienes
desollados
olvidan en la noche su calvario
palabras con los verbos atrofiados
un bosque de concreto con cadalsos
y árboles que inclinan la estatura
de acuerdo al peso muerto del ahorcado
cierta insanía en traje de payaso
que activa la sonrisa de un imbécil

la ciudad abre grifos
con la droga precisa
y después
lentamente
 entreabre las piernas

la vieja dictadura del sol de un dios idiota
chorrea latigazos de oro sobre el muelle
parece que violaran a una virgen sombría
y la noche que fue

acueducto de esperma derramado en un cáliz
mariposa marrón
oquedad en el vientre
se disfraza de nuevo
con las mismas mentiras