domingo, 13 de enero de 2008
Qué
qué puedes reprocharme a mi
que vengo de una lluvia de alfileres
que suelo masticar
las cáscaras vacías del insomnio
que voy acuchillando la espalda de la noche
para que sangre aceite
y así calmar la sed de mis instintos
bien lo sé
no me conforma
la luz crepuscular ni la llovizna
no me alcanza abrazarme a las farolas
decir que no me importa que me quieras poco
o que me quieras mucho
no me importa
y qué esperabas de un descorazonado
esta tristeza hundida como un niño
arrodillado en un escalón del alma
esta plegaria sucia
este jueves nublado
esta palabra que no habré de pronunciar hasta mañana
qué puedes reprocharme a mi
que me olvidé de dios en otros pantalones
que dibujo gusanos en lugar de manzanas
que no encendí la mecha que estalla en mis entrañas
es que no puedes ver que llego hasta tu piel hecho pedazos
y que cuidé este poco de luz para enfrentar tus ojos
esta pobre sonrisa para secar tu llanto
y un algo de jazmín
para abrazarte el alma