sábado, 8 de marzo de 2008
Pérdidas
la palabra de luz
nunca fue dicha
optaste por guardarla en una caja
y bajo siete llaves de silencio
después llegaron días de destierro
cuando sus ojos de agua
se hundieron en los charcos de tu alma
cuando su mano blanca
trizó desolaciones
quisiste pronunciarle tu ternura
la palabra de luz
nunca fue dicha
estaba en una caja de letargos
y lentos exterminios
por eso es que al abrirla
salió una línea oscura de silencio
por eso es que al vibrar aquel sonido
no lo reconociste
y te quedaste ciego para siempre